Jésica tiene 28 años y vive en el barrio de Pompeya con su novio. Sus padres, de nacionalidad boliviana, llegaron a nuestro país cuando eran muy jóvenes en busca de un futuro mejor. 

Para ayudar a su familia - tiene 5 hermanos -, empezó a trabajar a los 17 años como vendedora y después en varios locales pero siempre de manera informal y poco estable. Además, al poco tiempo, tuvo que abandonar la carrera de Turismo por problemas económicos.

El año pasado, mientras estaba desempleada y ser las arreglaba comprando bijouterie al por mayor y que luego vendía a conocidos, una amiga le propuso ir a Expo Empleo en busca de una oportunidad y un trabajo formal. Cargó su CV, fue a La Rural, visitó todos los stands de las empresas y se postuló a varias búsquedas.

A los pocos días la llamaron del Sanatorio Güemes, tuvo una entrevista y a la empresa le gustó tanto su perfil que la contrataron como recepcionista en la guardia médica.

Hoy está feliz de haber logrado estabilidad laboral, de crecer profesionalmente y de poder programar sus primeras vacaciones.